María del Rosario Espinoza
Quiero dejar huella en niños y jóvenes mexicanos:

María del Rosario Espinoza estuvo de visita en el Comité Olímpico
Mexicano (COM) para platicar de sus sueños, los cambios en el taekwondo,
que participará en el siguiente ciclo olímpico y no se siente ídolo,
sino un ejemplo a seguir que deje huella en niños y jóvenes.
La taekwondoín se convirtió en Brasil en la única mujer mexicana con
tres medallas olímpicas: oro (Beijing 2008), bronce (Londres 2012) y
plata (Río 2016). Dichos logros, que considera sus mayores sueños hechos
realidad, los consiguió en medio de varios cambios en su vida deportiva
personal, así como en su mismo deporte.
"Fueron procesos olímpicos complicados, desde Bejing con los
clasificatorios y las evaluaciones en México. Los segundos Juegos más
complicados por cuestiones externas, no solo deportivas, y con
conflictos en los que estaba involucrada. En Río también hubo cambios,
como en el reglamento de competencia, ranking y también fue un proceso
complicado, con cada día más competencia".
María del Rosario ha tenido que evolucionar al mismo tiempo que su
deporte, es decir, a tiempos agigantados. "He tenido que afrontar esos
cambios y poderme adaptar al nuevo sistema de competencia.
Yo vengo del sistema convencional, en el que se hacían muchos
intercambios, y así fue en Beijing, mis primeros Juegos; para Londres
2012, el peto o pechera fue electrónico, y en Río todo lo fue, desde el
casco hasta el peto. Los jueces solo marcaban lo que era puño y patada
donde no había sensores, que es en la parte de enfrente de la careta".
También mencionó la nueva estructura física del atleta, a la que se
adaptó porque "no solo en México, sino en todo el mundo ya son altos y
con piernas más largas; por lo mismo el taekwondo se ha hecho más pasivo
en general, pero también se pueden ver combates espectaculares si los
atletas encajan en el sistema. Finalmente, mi conclusión es que este
deporte es más justo ahora.
María del Rosario señaló que siempre fue un reto muy grande ir tras ese
sueño que tenía en cada ciclo olímpico, pese a los problemas y
situaciones complicadas que vivió en ciertos momentos de su vida.
"Era tanta mi preocupación que a veces me daban ganas de dejar ese sueño
o pasión por mi deporte, pero sacaba ese extra, esas ganas de seguir
adelante con ese sueño y nunca me rendí. Siempre fue mayor mi deseo y
pasión por mi disciplina y mi deporte".
Está agradecida con la afición mexicana por ese apoyo recibido en sus
tres participaciones olímpicas, pues en cada una de ellas ha sido de
suma importancia esa buena vibra recibida.
Espinoza ha logrado llamar la atención de los mexicanos en cada uno de
sus combates olímpicos, se paraliza unos minutos el país por verla
competir, sin embargo, no siente ser su ídolo, sino un ejemplo a seguir
para niños y jóvenes, a los que pide se pongan una meta practicando
algún deporte y logren su sueño, sin importar los obstáculos que tengan
enfrente, ya sean pequeños o grandes.
"Quisiera que muchos niños y mexicanos jóvenes tuvieran la meta de poner
a México en lo más alto, siempre con la motivación de ir a unos Juegos
Olímpicos y traer medallas para darle esa felicidad al país; esto sería
algo que me pondría muy contenta, pues yo dejaría esa huella".
Se siente feliz de aparecer por tercera ocasión en el Muro de
Medallistas Olímpicos ubicado en el lobby del COM. "Cuando lo vi por
primera vez me di cuenta que estaba cuatro veces Joaquín Capilla y me
sirvió de gran ejemplo. Ahí me nació el gusanito de aparecer varias
veces, porque al final, somos pocas las personas que estamos en dicho
lugar, y siempre me ha gustado ser de esas pocas".
Sobre su futuro, aseguró lo siguiente: "en lo deportivo voy a buscar el
próximo ciclo olímpico, no sé si quiero terminarlo o hasta dónde llegar;
lo único que sé, es que en estos momentos vivo un sueño muy grande en
mi vida como deportista con mis tres medallas olímpicas, algo que
siempre busqué y soñé. Por lo pronto. este año no compito más",
concluyó.
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