jueves, 9 de octubre de 2014

Capacidad de concentración



Donde hemos podido oír muchas veces la explicación de que un equipo ha perdido o le han remontado por falta de concentración, por  caída de  concentración o que, por falta de concentración ha tenido  fallos garrafales, oportuno comentar el uso del término de concentración. 

¿Es un elemento que se entrena o viene innato con cada jugador? ¿Como entrenamos la concentración?

 
 
Para muchos expertos en el mundo del baloncesto, los elementos individuales o generales que valoran en un jugador,  son innatos o conseguidos en el proceso de formación. Es decir, fuerza de voluntad, autoconfianza y valor. Estos factores son universales, tanto si se trata de un jugador en las categorías de formación como en las  de rendimiento. Hay que tener claro que el baloncesto es un deporte de alta exigencia física y psíquica. Las necesidades del juego y la complejidad de las situaciones en que se dan  obliga a una adaptación constante en las exigencias momentáneas. 



Para poder ver e interpretar estas situaciones, tenemos que estar atentos, tenemos que estar concentrados. Cuanto más alto es el nivel de concentración,  más alto es el nivel de juego que podemos alcanzar en la competición. La velocidad del juego, en el baloncesto moderno, obliga a rápidas y continuas transformaciones en la atención y una comunicación constante, porque, como bien sabemos, se trata de un deporte que combina unas características colectivas con grandes  dosis del individualismo.
 
En la historia del baloncesto se puede comprobar la importancia de las cualidades psicológicas, que en el alto rendimiento tiene tanta importancia como las  físicas. Entre ellas, la capacidad de concentración. Con un programa a largo plazo, muy bien estructurado y ejecutado, se puede conseguir un desarrollo de la focalización de la atención. El jugador se  concentra  en lo que hace y aislándose por completo del entorno. Durante el juego, solo tiene que percibir y procesar  datos relevantes para su juego y el juego de su equipo / cumplimiento de sus tareas.



 Muchos errores se deben a  fallos en la atención, hacia la actuación de los contrarios o el público, árbitros o medios. Esto se puede comprobar  por la falta de confianza en el éxito final, porque deciden no finalizar una acción que ya han iniciado o, porque no seleccionan con claridad las acciones técnico-tácticas. No es nada fácil concentrarse durante un partido o durante un entrenamiento. El jugador recibe muchos estímulos, tienen que prestar atención a múltiples detalles en las complejas estructuras, las exigencias son muchas y variadas, por tanto se impone la necesidad de una adecuada comunicación y compresión en  dos direcciones 
  1. FOCALIZACIÓN, antes de actuar;
  2. RELAJACIÓN, tras la acción.
     
Durante un partido, hay que estar atento a muchas más cosas: los bloqueos, desmarques, cruces, pantallas, posibles líneas de pase, presión del balón, presión en caso de finalizar el bote, tanteo, tiempo total, tiempo de ataque, etc. La transición de una fase a la otra, representa una capacidad adquirida en un largo proceso de entrenamiento y  competición. Esta transición tiene que ser automática y espontanea. Se puede mejorar mucho con una buena tecnología de entrenamiento. 


Violeta
twitter: @campos_violeta
 

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