lunes, 10 de agosto de 2015

Golpe de calor

El momento más propicio para sufrir un golpe de calor suele ser al día siguiente de haber realizado un entrenamiento o partido muy intenso con sudoración excesiva y deshidratación por el calor. De ahí la importancia que tiene respetar los periodos de recuperación y realizar una buena rehidratación después del deporte.

 

El realizar deporte con una motivación excesiva puede elevar la temperatura interna al realizar mucha actividad física intensa o estar muchas horas realizándola. Es decir no solamente por la intensidad de la actividad física si no también por el volumen de la misma.
El golpe de calor es uno de los enemigos más frecuentes del deporte cuando este se practica al aire libre en épocas de verano. Cuando un deportista está realizando sus ejercicios en un contexto de elevada temperatura ambiental suele surgir este problema.

Los deportistas pueden llegar a sudar 1-2 litros por hora cuando realizan ejercicio con calor. El resultado es la deshidratación ya que sudan más de lo que deben con lo que aumenta la frecuencia cardiaca y disminuye el volumen sistólico, dando lugar a una disminución de la percepción al esfuerzo, de la agudeza mental y en consecuencia de la potencia y resistencia muscular. Los deportistas obesos o con exceso de peso son más propensos al golpe de calor, ya que la grasa es una carga extra que puede llevar al golpe de calor por esfuerzo. Las personas que están mejor preparados físicamente y tienen una buena condición aeróbica, suelen tener más resistencia a la hora de hacer deporte en ambientes calurosos.



Es importantes conocer los síntomas iniciales que provocan un golpe de calor como son la desorientación, la apatía, el aturdimiento, la fatiga desmedida y en ocasiones vómitos. En ocasiones también puede producirse escalofríos y piel de gallina. Otro de los aspectos a tener en cuenta es en cuanto a la prevención, en que hay que iniciar el deporte de forma progresiva y no comenzar a practicarlo a toda maquina si el calor es aplastante. La intensidad y la duración del ejercicio debe de iniciarse lentamente e ir aumentando su progresión para no cargar el sistema cardiovascular.




Hay que huir del concepto erróneo de que la hidratación previene el golpe de calor. La hidratación es efectivamente necesaria, pero no previene el golpe de calor. Hay que beber conforme a las necesidades individuales. Hay que procurar dar tiempo y recuperar entre deporte y deporte. El organismo debe de recuperarse de la agresión que supone practicar deporte en ambientes muy calurosos.

 Violeta

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