domingo, 1 de febrero de 2015

Comprometerse es identificarse

El "compromiso" es una manera incondicional de afrontar los retos, pero para algunos jugadores parece no advertirse el verdadero significado de tan común palabra significa, entre otras cosas, "obligación contraída, palabra dada, fe empeñada", es más, si hacemos un ejercicio simple de descomposición pareciera surgir la frase "con promesa".

Entonces, varias interrogantes: ¿Deseamos tener un jugador que “juegue” por una obligación contraída con el equipo? ¿Se trata de integrar jugadores que nos den su palabra para alcanzar el éxito? ¿Queremos que nuestro jugador empeñe su fe para el logro de los objetivos del equipo? O, simplemente, que juegue bien porque nos lo ha prometido. Cuando el juego se realiza por obligación existe presión, desmotivación y es factible la ausencia de buenos resultados. La respuesta no está en el compromiso, está en la identificación.

Es fácil diferenciar a aquellos jugadores que se sienten comprometidos o identificados con el equipo, aunque se trate de decir que en la práctica ambos términos significan lo mismo, he aquí algunas de las diferencias:

Los jugadores no comprometidos tienden a no agregar valor al equipo, salvo que se les exija, aunque conocen su tarea tienden a ofrecer excusas en tercera persona ante un mal resultado cuando se refieren al equipo, tratando de no vincularse con el totalmente.

Ahora bien, los jugadores identificados y comprometidos con el equipo lo sienten parte de si. Están a la expectativa, cumplen estrictamente el horario de entrenamiento y lo exceden cuando el entrenador se los propone. Piensan en el equipo y se sienten responsables de ayudar a conseguir el triunfo.

El tiempo es un factor secundario, sin embargo, administran y controlan el tiempo de acuerdo a las prioridades. Observan los cambios como una forma de renovarse. Hablan con sentido de propiedad, se observan como parte del equipo, fomentan el liderazgo y lo asumen de acuerdo al caso. Usualmente destacan porque van más allá de lo requerido, saben que el éxito del equipo depende de la energía que se imprima. 


Dicho en otras palabras, los jugadores  comprometidos sienten que deben cumplir, saben que tienen que hacerlo  y ello es suficiente razón. Los jugadores identificados con el equipo quieren relacionarse con el proceso, para ellos el juego no es una obligación sino un aporte, una manera de contribuir con el éxito. 

Es muy común observar como los equipos hacen alarde de sus valores, misión y visión, exponiéndolas con la finalidad de expresar la orientación y la base moral que poseen. Cuando el jugador observa que tales declaraciones coinciden con sus expectativas, que no son solo un estandarte para impulsar la práctica deportiva, sino que en realidad existe una profunda convicción, éste suele compararlo con sus valores y sus metas, busca la coincidencia entre cada una de ellas y es allí precisamente donde nace la identificación. 


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