El
"compromiso" es una manera incondicional de afrontar los retos, pero para
algunos jugadores parece no advertirse el verdadero significado de tan común
palabra significa, entre otras cosas, "obligación contraída, palabra dada,
fe empeñada", es más, si hacemos un ejercicio simple de descomposición
pareciera surgir la frase "con promesa".
Entonces, varias interrogantes: ¿Deseamos tener un jugador
que “juegue” por una obligación contraída con el equipo? ¿Se trata de integrar
jugadores que nos den su palabra para alcanzar el éxito? ¿Queremos que nuestro jugador
empeñe su fe para el logro de los objetivos del equipo? O, simplemente, que juegue
bien porque nos lo ha prometido. Cuando el juego se realiza por obligación
existe presión, desmotivación y es factible la ausencia de buenos resultados. La
respuesta no está en el compromiso, está en la identificación.
Es fácil
diferenciar a aquellos jugadores que se sienten comprometidos o identificados
con el equipo, aunque se trate de decir que en la práctica ambos términos
significan lo mismo, he aquí algunas de las diferencias:
Los jugadores no comprometidos tienden
a no agregar valor al equipo, salvo que se les exija, aunque conocen su tarea
tienden a ofrecer excusas en tercera persona ante un mal resultado cuando se
refieren al equipo, tratando de no vincularse con el totalmente.
Ahora bien, los jugadores identificados y
comprometidos con el equipo lo sienten parte de si. Están a la expectativa,
cumplen estrictamente el horario de entrenamiento y lo exceden cuando el entrenador
se los propone. Piensan en el equipo y se sienten responsables de ayudar a conseguir
el triunfo.
El tiempo es un factor secundario, sin embargo,
administran y controlan el tiempo de acuerdo a las prioridades. Observan los
cambios como una forma de renovarse. Hablan con sentido de propiedad, se
observan como parte del equipo, fomentan el liderazgo y lo asumen de acuerdo al
caso. Usualmente destacan porque van más allá de lo requerido, saben que el
éxito del equipo depende de la energía que se imprima.
Dicho en otras palabras, los jugadores comprometidos sienten que deben cumplir, saben
que tienen que hacerlo y ello es
suficiente razón. Los jugadores identificados con el equipo quieren
relacionarse con el proceso, para ellos el juego no es una obligación sino un
aporte, una manera de contribuir con el éxito.
Es muy común observar como los equipos hacen
alarde de sus valores, misión y visión, exponiéndolas con la finalidad de
expresar la orientación y la base moral que poseen. Cuando el jugador observa
que tales declaraciones coinciden con sus expectativas, que no son solo un
estandarte para impulsar la práctica deportiva, sino que en realidad existe una
profunda convicción, éste suele compararlo con sus valores y sus metas, busca
la coincidencia entre cada una de ellas y es allí precisamente donde nace la
identificación.
twitter: campos_violeta
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