En la actualidad el deporte a diferentes
niveles es practicado tanto por hombres como mujeres, pero la necesidad
de mantener unas funciones u otras es lo que hace que puedan existir
pequeñas diferencias entre las necesidades nutricionales de ambos sexos.
La nutrición en la mujer es necesaria para cubrir los requerimientos de
la vida diaria, la construcción y reparación de todos los tejidos, el
crecimiento y desarrollo en niñas y adolescentes, el mantenimiento de la
función menstrual, el entrenamiento y la competición así como cubrir
cualquier otro gasto de energía adicional (estrés psicosocial o
enfermedades). Cuando la mujer no se nutre adecuadamente y no puede
mantener todas estas funciones, pueden aparecer diversos trastornos cuyo
fin último será la disminución del rendimiento deportivo y el
empeoramiento de la salud.
Uno de los trastornos que puede aparecer en la mujer deportista es la tríada de la atleta.
Este trastorno se define como un “síndrome grave compuesto por tres
trastornos interrelacionados cuyo origen es la baja disponibilidad de
energía que desencadena una cascada neuroendocrina que puede o no tener
manifestaciones clínicas”. En otras palabras, un conjunto de
enfermedades que se pueden producir en las mujeres cuya alimentación no
es suficiente para mantener todas las funciones descritas anteriormente y
que puede tener o no manifestaciones clínicas que informen del síndrome
para poder atajarlo. La causa principal suele ser la presión sufrida
por las mujeres para mantener un peso ideal, que les lleva a que su
ingesta calórica sea menor que el gasto calórico, de esta manera el
cuerpo reacciona ahorrando en procesos “secundarios” como los que
hablaremos después para poder seguir manteniendo las funciones vitales.
La triada de la atleta está compuesta por tres trastornos principales:
trastornos del comportamiento alimentario, trastornos en el ciclo
menstrual (amenorrea) y pérdida de masa ósea con posible aparición de
osteoporosis precoz. A continuación los detallaré uno por uno:
Trastornos del comportamiento alimentario (TCA):
Los
trastornos del comportamiento alimentario son el resultado final de la
unión entre la restricción calórica continuada y un comportamiento
patológico (vómitos, abusos de laxantes, atracones continuos seguidos de
acciones de compensación…). En el deporte es frecuente que la mujer se
preocupe por su peso y aspecto físico. La simple restricción calórica
mantenida en el tiempo y las presiones por mantener un peso ideal puede
dar lugar a la aparición de trastornos del comportamiento alimentario.
Existen dos trastornos principales: la anorexia nerviosa definida por la
American Psychiatric Association (APA) como “una conducta alimentaria
restrictiva donde el individuo restringe la ingesta de alimentos y aun
así se encuentra gordo a pesar de estar un 15% o más por debajo del peso
corporal ideal” y por otro lado la bulimia nerviosa, definida como “un
ciclo en el que se alternan períodos de restricción de la ingesta de
alimentos con períodos de atracones desmedidos, seguidos por métodos
compensatorios para evitar el aumento de peso”. Sin dirigirnos tanto a
los extremos, pueden existir también deportistas que sufran trastornos
relacionados con el comportamiento alimentario pero no lleguen a
utilizar métodos de compensación. Aquí englobamos los trastornos
compulsivos por atracón (sin acción compensatoria) y la alimentación
desordenada en los que la persona se preocupa por la alimentación, el
peso y la imagen y existe alto riesgo de que pueda desembocar en un TCA.
La
prevalencia de la aparición en mujeres deportistas de TCA es mayor en
un rango de edad entre los 12-21 años y en aquellos deportes donde el
mantenimiento de un peso corporal bajo, la estética corporal y un físico
esbelto se consideren ventajosos (gimnasia rítmica, carreras de fondo,
ciclismo de fondo, natación sincronizada, ballet, patinaje artístico…)
Además, también aquellos deportes en los que es necesario mantener un
peso determinado para entrar en una u otra categoría pueden también
existir ciertos riesgos (judo, karate, taekwondo, boxeo…)
Amenorrea y disminución de la masa ósea.
Ambos
trastornos van relacionados, ya que la presencia de amenorrea en las
deportistas puede producir pérdida de masa ósea. Las causas por las que
puede producirse la amenorrea en las deportistas pueden ser diversas:
ingesta calórica baja, peso corporal bajo, comidas desordenadas, estrés
social y psicológico, intensidad y volumen de los entrenamientos,
retraso de la menarquía (primera menstruación) o un nivel bajo de grasa
corporal. ¿Cómo puede provocar la amenorrea pérdida ósea? Los niveles
bajos de estrógenos y progesterona actúan directamente sobre las células
óseas (osteocitos), de esta manera, la destrucción de tejido óseo
supera a la nueva formación y existe un riesgo de fracturas por
sobrecarga, osteoporosis precoz, lesiones en tejidos blandos, retraso en
el proceso de curación de lesiones y capacidad reducida para la
recuperación.
¿Qué intervenciones nutricionales deben realizarse en la triada de la atleta?
- Disminución del entrenamiento en un 10-20%
- Aumento gradual de la ingestión de calorías
- Aumento del peso corporal un 2-3%
- Aumento de la ingesta de calcio hasta 1500mg/día
- Suplementación con vitamina D si en sangre es menor que 75 mmol/L
- Suplementación con 10 mg/día de ácido fólico
- Acercamiento multidisciplinar: la medicina, la nutrición y la psicología, principalmente, deberían trabajar juntas para asegurar una recuperación adecuada de las deportistas con riesgo de sufrir este síndrome global o alguno de sus trastornos.
http://www.lavozdelamanga.com/aspectos-nutricionales-en-la-mujer-deportista-la-triada-de-la-atleta/
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