jueves, 30 de junio de 2016

MAS RAPIDAS, MAS FUERTES, MAS MUJERES

Históricamente, la participación de la en los ha estado y está íntimamente vinculada a la realidad socioeconómica, cultural y religiosa de las sociedades, tal tradición cultural ha tenido sus orígenes en buena medida en la misma sociedad que creó los con fines . En  la Antigua Grecia, la mitología dominante asignaba a los dioses las cualidades masculinas de fuerza, vigor y actividad, y a las diosas los rasgos de , sexualidad y pasividad.

 



La discriminación siempre ha sido un tema polémico. Incluso el fundador de los Juegos Olímpicos modernos, Baron Pierre de Coubertin, afirmó, en 1896: “Sin importar qué tan fuerte sea una atleta, su organismo no está hecho para soportar ciertos shocks”. A partir de ahí, la igualdad de género en los deportes ha avanzado exponencialmente. La UNESCO reconoció al deporte y la actividad como un Derecho Humano, no sólo para los , en 1978.

El deporte es de los sectores en el que las mujeres se ven más vetadas, no porque no puedan practicarlo con normalidad, sino porque para que una mujer pueda dedicarse profesionalmente al deporte necesitaría de apoyos financieros -tanto de organismos privados como públicos y, al día de hoy, son prácticamente inexistentes.

La situación  actualmente está cambiando progresivamente, aunque todavía no se da la misma importancia a un éxito conseguido por un femenino que por uno masculino. Además, el mundo del deporte utiliza el de la mujer como excusa para que aumente el espectáculo -“la mujer en el deporte como decoración” .

El género femenino sufre diversas presiones que buscan reducir su posible participación deportiva,  en donde la participación de la mujer ha sido condicionada a la interpretación del hombre (y no pocas mujeres) con respecto a lo que es beneficioso o no para ella, de acuerdo con su condición femenina.
Sin embargo, la incorporación cada vez mayor de la mujer en las actividades que en el pasado eran exclusivas de los hombres ha permitido derribar muchos de los mitos y barreras socioculturales que mantenían al género femenino en desventaja frente al masculino,teóricamente la sociedad asume la igualdad de derechos y deberes de todos los ciudadanos; empero, en los últimos años, producto del empeño, el entrenamiento y la conquista de logros en cuanto a oportunidades va cerrando la brecha proporcionándole mayores oportunidades de integración y éxito.

La mujer no es superior ni inferior al hombre, es sencillamente diferente, de allí que se necesiten para su desarrollo máximo un proceso de entrenamiento que tenga siempre presente, que la mujer cada día sea considerada más mujer, en lugar de propiciar como camino al éxito deportivo el intentar emular rutinas y comportamientos de los hombres, en un intento desesperado por alcanzar sus marcas, el entrenamiento y la práctica deportiva en la mujer no debe seguir el proceso de entrenamiento de un modelo derivado de estudios llevados a cabo en los deportistas masculinos; esto porque se presentaría un sesgo que limitaría los posibles resultados deportivos y las capacidades funcionales de la mujer deportista.

Para el logro de la equidad, la justicia y la igualdad, las deportistas han hecho de su identidad un símbolo de rebeldía , alcanzar el éxito conlleva pasar por muchas adversidades , vencerlas y salir triunfantes es el mayor reto en la vida de las mujeres , son un claro ejemplo de lo que significa luchar para lograr la meta.

tuiter: @campos_violeta

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