La desigualdad femenina también sobrepasa el deporte en este país , los deportes femeninos nunca tomarán protagonismo, si no se les da el espacio necesario en medios de comunicación.
¿Se ha conseguido ya la equidad entre deporte masculino y femenino? ¿Se valoran igual todos los éxitos? ¿Los medios de comunicación dan el mismo protagonismo a hombres y mujeres? Por desgracia, no.
Sigo pensando que el deporte no debe ser cosa de géneros sino de
justicia y realidades objetivas, pero que los estereotipos, los
prejuicios, los tópicos y la falta de criterios objetivos siguen
levantando barreras. Cada vez menos, pero no es suficiente.El deporte
femenino simplemente espera a que se sepa y se quiera difundir como se
hace con todo lujo de detalles en el caso masculino.
Cuando los patrocinadores y las becas se reducen a mínimos, cuando la crisis machaca a los más débiles (y en el deporte por desgracia son los deportes minoritarios y el tantas veces olvidado deporte femenino), emergen radiantes nuestras chicas con éxitos de altísimo nivel. No hay excepción. No son casos aislados ni milagros. Han ganado en deportes individuales y colectivos.Incluso en especialidades donde las ligas nacionales apenas sobreviven, o en deportes con presupuestos ridículos.
Algunos dirán que no es cierto, pero las pruebas a favor del deporte
masculino son abrumadoras. Un ejemplo: mientras que la Liga de Fútbol
Profesional mueve cifras millonarias y arrastra multitudes a los
estadios, su equivalente femenino sobrevive en un precario
“profesionalismo”.
Ni rastro de la guerra de televisiones que hay formada en la Liga masculina. Igual pasa con los periódicos, decenas de páginas para hombres y algún pequeño faldón o una columna para el deporte femenino (a no ser de que haya habido algún triunfo importante).
Ni rastro de la guerra de televisiones que hay formada en la Liga masculina. Igual pasa con los periódicos, decenas de páginas para hombres y algún pequeño faldón o una columna para el deporte femenino (a no ser de que haya habido algún triunfo importante).
En cuanto al patrocinio, mejor no hablar. Son muchos los equipos
deportivos femeninos que año tras año desaparecen por no encontrar
patrocinadores que quieran invertir y apostar por ellas. El deporte
femenino es ajeno al gran público. El círculo es casi perfecto. Menos
atención mediática. Menos patrocinadores. Menos dinero. Menos recursos
para mejorar. En ese círculo hay, sin embargo, una gran diferencia entre
las deportistas individuales, que en su mayoría viven de las becas, y
las que compiten en deportes de equipo. Los equipos de chicas venden
menos, y la mayoría tienen grandes problemas para encontrar
patrocinadores.Estas desigualdades no deben sorprendernos, ya que desde
la base hay injusticia.
Aún se trata a las deportistas en forma diferenciada respecto a los
hombres, en especial por los medios de comunicación que se ocupan de
remarcar la relación del deporte con la vida personal, familiar y
profesional, destacando el poco tiempo disponible que les deja esta
búsqueda de logros deportivos para que las deportistas logren “ser
mujer” y cumplir con los papeles de madre, novia o esposa, amistades y
estudio o trabajo.
Ahora somos nosotros, la sociedad en general y los medios en
particular, quienes hemos de responder. Ningún récord, medalla, gol o
punto masculino ha de valer más que su correspondiente en la categoría
femenina.
En mi opinión me parece vergonzoso que el deporte femenino se valore tan poco en este país.
Violeta
https://www.facebook.com/deporteconpuntosycomas?ref=hl
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